Es notoria la evolución que muestra América Latina en la producción de contenido original para grandes plataformas. A la calidad técnica, recursos y talentos, locaciones e historias se suman los importantes incentivos fiscales que ya se ofrecen. Y allí se destacan la potencia de Colombia y los nuevos vientos que soplan desde el Cono Sur con Uruguay.
América Latina se ha convertido en el centro del nuevo boom audiovisual para productoras, estudios y streamers de todo el mundo. Olsberg SPI asegura que antes de la pandemia (2019) se invirtieron unos USD 5,7 millones en producciones audiovisuales en la región, impulsando la creación de más de 1,6 millones de empleos directos e indirectos. Y aunque la consultora no ha arrojado datos precisos para 2020 y 2021, Prensario y los especialistas consultados confirman que por lo menos se ha doblado el número de producciones desde entonces.
Se podrían enumerar varias razones, pero entre las principales se destacan tres: primero, hay más OTTs desde 2021 con HBO Max (junio), Star+ (agosto) y se potenciaron otros como StarzPlay con varios anuncios, además de los nuevos locales y regionales; segundo, los streamers majors e independientes entendieron que su valor diferencial está en los originales y su inversión está centrada al máximo en producir en toda la región; y tercero, nuevos países ampliaron beneficios fiscales: a Colombia, potenciando su 40%, y República Dominicana, que se volvió un hub clave para realities internacionales, se sumó desde fines de 2019 Uruguay con Programa Uruguay Audiovisual (PUA) y su cash rebate escalable de hasta el 25%.
No son los únicos países, Prensario está al tanto de varios proyectos de ley que se están gestando en mercados clave, que buscan tener sus propios beneficios fiscales para atraer las inversiones de los grandes jugadores. Si bien se genera una competencia lógica entre países, la sensación generalizada es que estos incentivos mejoran la percepción que los productores internacionales tienen sobre América Latina.
Países con industrias audiovisuales más desarrolladas como Brasil, México, Colombia, Chile o Argentina potencia y retroalimentan a los emergentes como Uruguay, Perú, Ecuador y otros en América Central. Es definitivamente un win-win para la región, ya que algunos países necesitan más recursos para sostener el incremento de la producción y se apoyan en otros para obtenerlos.
En el caso de Colombia, un referente como Caracol TV abrió oficinas en México para producir proyectos desde allí como la biopic del recientemente fallecido, Vicente Fernández; o Uruguay que estrechó lazos más fuertes con Argentina y llevó talento para sus grandes producciones como El Presidente 2 (Fabula, Kapow, Gaumont, Amazon Prime) rodada durante la pandemia.
La experiencia cercana de España, hub internacional para la producción de contenidos en español, o de México que sin incentivos tendrá desde este mes 25 proyectos en marcha, ha demostrado que contar con leyes de fomento —más allá de sus atractivos mercados locales— para la industria audiovisual es un elemento clave para tomar decisiones.
Colombia: potencia audiovisual
Colombia es uno de los mercados audiovisuales de mayor crecimiento en América Latina, que con una extensa trayectoria y experiencia ha creado las bases de una industria tanto en cine y TV. Desde 2013, cuando se aprobó la Ley de Cine, la legislación ha buscado movilizar el crecimiento en el sector. Gracias a esta normativa, y a un importante paquete de estímulos e incentivos a la producción, el país ha logrado aumentar el número de películas nacionales y el de producciones internacionales que se filman en el territorio.
Uno de los datos más reciente de Cine Colombia Distribución y ProImágenes destaca que el país pasó de estrenar 18 largometrajes en 2011 a 37 en 2019. Esta cifra ubicó al territorio en el cuarto lugar en la región en materia de exportación audiovisual.
Desde ese entonces, numerosas producciones extranjeras han aprovechado estos beneficios de cash rebate, amparado por la Ley No. 1.556 de 2012 y administrado por ProImágenes. Estos incentivos dan una contraprestación del 40% del valor de los gastos realizados en Colombia por concepto de servicios cinematográficos y del 20% del valor de los gastos en hotelería, alimentación y transporte a a las empresas que realicen las producciones en el territorio.
En una reciente conferencia en la última edición de MIPCancún, Silvia Echeverri, directora de Promoción y Comisión Fílmica de ProImágenes Colombia, dijo: ‘Bajo este incentivo logramos que se produjeran más de 30 largometrajes. Esta política, que terminaba en 2022, fue ampliada hasta 2032 con algunas modificaciones, cubriendo otros géneros audiovisuales, y no solo el sector cinematográfico’. La ejecutiva explicó que dentro de los incentivos ahora están contempladas las series de TV, videos musicales, publicidad e incluso video juegos a través del Certificado de Inversión Audiovisual con un tax rebate, que permite acceder a un certificado de descuento tributario de hasta 35% del valor total de los servicios incurridos en territorio nacional.
Paralelo se suman otros estímulos regionales, como es el Incentivo FilMedellín, que regresa hasta el 10% de la inversión total en servicios contratados en la ciudad de Medellín de Colombia.
Para aspirar a estos incentivos, las producciones necesitan trabajar con un partner colombiano. Esto ha detonado un ecosistema de más de 30 empresas del sector audiovisual en Colombia que han crecido y se han profesionalizado. Algunas de ellas: Dynamo, Pulsar Studios, Punta Fina, Telecinco, Rhayuela Films, La Vecina Films, entre otras.
Algunas producciones que se derivan de estos incentivos son: Triple Frontera, largometraje protagonozado por Ben Affleck y Pedro Pascal; Gemini Man¸dirigida por Ang Lee y protagonizada por Will Smith; o más recientemente la película Memoria, dirigida por Apichatpong Weerasethakul, con Tilda Swinton en el papel protagónico.
Uruguay: hub en Cono Sur
El detonador de la industria audiovisual en Uruguay comenzó en 2008 con la Ley No. 18.284, la Ley de Cinematografía, donde se estableció el Fondo de Fomento Cinematográfico y Audiovisual. Y más recientemente, y con miras a seguir desarrollando su industria, la nación creó el Programa Uruguay y Audiovisual (PUA) en 2020, un programa de incentivos que tiene como objetivo la aceleración y apertura de la producción audiovisual extranjera. Este sistema parte de un fondo de cuatro millones de dólares por año, y ofrece un reembolso en efectivo de entre 10,6% y 25% para gastos de producción generados en el país.
Roberto Blatt, presidente del Instituto del Cine y Audiovisual Nacional (INCAU), destacó a Prensario el gran momento que vive el audiovisual local y el ‘enorme’ potencial para los próximos años. También expresó que la actividad casi se triplicó desde 2019, gracias al impulso del PUA, que ya devolvió casi USD 25 millones en cash rebate.
‘Han sido años de aprendizaje y estamos muy contentos con lo que hemos logrado en coordinación con todos los actores. El audiovisual es la industria que más derrama en Uruguay: turismo, transporte, hotelería y gastronomía. Seguiremos impulsando el PUA y promoviendo el sector local para atraer más inversiones extranjeras’, sostuvo.
En 2017, el país superó los USD 18 millones con 33 empresas ofreciendo más de 230 servicios, en su mayoría de publicidad, a América del Sur (45%), América del Norte (36%), Europa (10%) y América Central (8%). Hasta octubre pasado, los mismos servicios sumaron USD 9.5 millones, cayeron significativamente, dando paso a los servicios audiovisuales, que totalizaron USD 32.5 millones en su gran mayoría a USA.
Su fuerte por muchos años siempre fue la publicidad, pero desde el lanzamiento del Programa en 2019, el país es destino predilecto para grandes strramers como Amazon, Netflix, o Disney+ y otras productoras de carácter global. Como balance, en 2020, se rodaron 20 largometrajes y 4 series, y en 2021, 13 películas y 5 series. Antes de la pandemia (2019) hubieron 167 días de filmación, que crecieron a 280 días al año siguiente y más de 1000 en 2021.
Pero el cash rebate no es la única fuente de incentivo que ofrece Uruguay a los inversionistas audiovisuales. El proyecto Zona Franca Audiovisual, llamado Punta del Este Studios con Nicolás Aznarez a la cabeza, que será un gran centro de producción que incluirá sets, oficinas y estudios de post-producción, y donde los beneficios tributarios del país se extenderán a las locaciones de filmación.
Blatt aseguró que el pipeline para los siguientes años es ‘fuerte’, pero resalta que necesitan ‘impulsar la capacitación técnica’. ‘Tenemos una generación madura de talentos, pero nos falta formación en temas como distribución, que son clave si queremos potenciar nuestra llegada al mercado internacional. En ese sentido, vamos a lanzar la Film Commission y queremos tener mayor presencia en los eventos del trade’, finalizó.