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El contenido latino, clave en la estrategia de Netflix

Francisco Ramos, VP de Contenidos de Netflix para Latinoamérica.

Para Netflix, 2025 es un año clave en su estrategia de producción local en América Latina, y El Eternauta es su emblema. La esperada adaptación de la icónica historieta argentina de Héctor G. Oesterheld no solo representa un hito cultural, sino también un movimiento estratégico que marca el rumbo de la plataforma en la región: producir contenido de alto impacto, con sello local y ambición global.

Francisco Ramos, VP de contenidos de Netflix para Latinoamérica, lo define con claridad: ‘El Eternauta es una obra profundamente local que queremos que resuene en todo el mundo. Eso es exactamente lo que buscamos con nuestras producciones en la región: diferenciar nuestra oferta y construir una relación más cercana con nuestros miembros’.

Dirigida por Bruno Stagnaro y producida por K&S Films, la serie se presenta como una reinterpretación contemporánea de la historieta publicada en 1957. La producción demandó ocho meses de rodaje y una extensa etapa de posproducción digital, con más de 2000 planos con efectos visuales desarrollados por equipos en Argentina, Inglaterra, Canadá, Suecia y Países Bajos.

Ricardo Darin en El Eternauta.

Más allá del desafío técnico, lo que distingue a El Eternauta es su valor simbólico. Para Ramos, la obra encarna la esencia de lo que Netflix quiere construir en la región: ‘Es la máxima representación de un empeño colectivo. Lo hicimos con el talento argentino, con rigor, pasión y una convicción compartida. Esta serie no podría haberse hecho en otro lugar’.

La estrategia de Netflix en 2025 apuesta por producciones locales ambiciosas. En los últimos seis meses, la compañía lanzó cuatro proyectos en América Latina —tres de ellos basados en obras fundamentales de sus respectivos países— y planea seguir por ese camino. ‘Cuando decimos que vamos a hacer algo, lo hacemos. Y buscamos que esas obras no solo funcionen localmente, sino que tengan prestigio y resonancia internacional’, explicó Ramos.

En el caso de El Eternauta, la serie busca conectar con audiencias fuera de Argentina gracias a una narrativa de ciencia ficción anclada en lo verosímil. ‘No es una ciencia ficción a la manera sajona. Es nuestra. Con héroes de a pie, con una historia que podría pasarle a cualquiera. Eso tiene un valor universal’, señaló.

Además del valor artístico y cultural, las producciones de este tipo tienen un impacto económico tangible. ‘La derrama económica es poderosísima. Hay un factor multiplicador altísimo. El Eternauta se hizo casi completamente en Argentina, con técnicos, proveedores y talentos locales. Eso genera empleo y fortalece la industria’, subrayó.

La adaptación respeta el espíritu del original, pero lo reinterpreta para dialogar con el presente. ‘Sabíamos que, como en la publicación original, la obra tenía que hablar con el hoy. Si no lo hacíamos, perdía su esencia. Eso mismo estamos haciendo con otras obras latinoamericanas como Cien años de soledad o Pedro Páramo. Queremos que nuestras adaptaciones mantengan la esencia, pero que interpelen al público de 2025’, destacó.

Con una segunda temporada en evaluación y una recepción que ya despierta debate antes del estreno, El Eternauta no es solo una serie: es una apuesta cultural, industrial y estratégica. Como señaló Ramos, ‘en siete años, desde que hicimos nuestra primera serie en Argentina, hemos avanzado muchísimo. Si en tan poco tiempo fuimos capaces de hacer esto, el futuro del contenido latinoamericano es enorme. Y Netflix va a seguir apostando a ese futuro’.